sábado, 2 de abril de 2011

Los hombres también lloran

A ti, joven muchacha que reniegas del amor como sinónimo de felicidad bajo la premisa de "Son todos iguales". A ti, que huyes de cuanto sujeto con media sonrisa aparece en el boliche y te toma de la cintura. A ti, que no aceptas a los cualunques que solicitan tu amistad en Facebook. a ti, que sólo respondes las mentions de chicos "lindos" en Twitter. A ti, que crees que por lindos son mujeriegos y rompecorazones.
A ti quiero decirte que los hombres también lloran, y con motivos de sobra.

Maximizamos cualquier mínimo conflicto. Tenemos un humor distinto por cada etapa del ciclo menstrual. Sobreanalizamos la carita sonriente que una de sus amigas posteó en su muro. Lo llamamos sólo para gritarle.. y llorar y cortar. Decimos que no cuando queremos decir que sí. Decimos que no cuando simplemente es no. Contestamos con un no sé cuando queremos decir que sí. Los queremos, los odiamos, los extrañamos y queremos matarlos. Un "qué te pasa" desencadena un desastre nuclear. Un "perdoname" no nos alcanza. Queremos mandarlos bien lejos, pero no tantos para mantenerlos controlados. Exigimos atención, pero nos hacemos las distraídas. Queremos ser escuchadas pero hacemos oídos sordos. Agendamos fechas sin sentido, pero detestamos lo cursi. Queremos estar con el actual, aunque extrañamos al ex. Vamos y venimos. Queremos y odiamos. Reímos y lloramos. Abrazamos y nos distanciamos. Hablamos y golpeamos.

¿Cómo no van a querer llorar?

domingo, 6 de marzo de 2011

Las cosas como deberían ser

Puedo mirarte a los ojos y decirte que eres lo que quiero que me suceda, pero no. Aprendí a conocerte y no me gustó para nada.
Me usaste sin importar mis sentimientos ni lo que significabas para mí. Y hoy nos queda esto, los restos de lo que fuimos alguna vez. Atrás las tardes en tu compañía, las largas charlas en la puerta de casa. Ya no tendremos la confianza que desde tanto tiempo atrás nos unía. No puedo mirarte a los ojos porque fueron mi perdición, me indujeron a dar pasos en falso.
No podré olvidar esa noche de verano en la que tiramos por la borda una amistad consolidada. Y si bien no reniego de las decisiones tomadas, a veces deseo volver el tiempo atrás. Para decirte, luego de ese momento, todo lo que sentía y pensaba sobre ti. Hoy no hay rastro alguno de esas emociones.
Es que tú mismo, con tu desamor, te has encargado de evaporarlas. Has sido el responsable de que no me interese seguir a tu lado, ni como mujer ni como amiga. Me has decepcionado y es muy difícil volver de esa situación.
Sabes que siempre te querré y serás uno de mis más fieles amigos. Por mi parte, prometo ser la mejor amiga que he sido siempre. Pero no me lastimes, no juegues con mi corazón. No hay nada peor que una mujer herida.

domingo, 9 de enero de 2011

Deseos de una mente sin rumbo

Hoy es un día como tantos y, sin embargo, pretendo liberarme. Despojarme del qué dirán, del tengo miedo, del no es mi tipo, del no tengo suerte, del qué tal si las cosas no se dan como quiero.
Decidí llevar a cabo, de una vez por todas, el vivir la vida que quiero. Voy a sonreír al despertar. Disfrutar los días soleados. Leer en las tardes de lluvia. Instruirme sobre temas nuevos siempre que pueda. Estudiar a fondo para aprobar mis exámenes. Salir con amigas a caminar sin rumbo. Conocer gente nueva. Tomar un helado con un conocido con quien nunca lo haya hecho. Decir lo que pienso sin pensar tanto en lo que digo, pero sí en el cómo. Correr por las mañanas. Prestar atención en clase. Jugar con mi perro. Nadar en la pileta. Tirarme al sol en donde pueda. Bailar alocadamente. Comer cuanto quiera. Sonreír sin parar. Decirte que te quiero.
Sí, quiero correr el riesgo de que me digas que vos no. Que podemos ser buenos amigos, tal como lo fuimos hasta ahora. O tener la fortuna de que me digas que sentís lo mismo y me beses apasionadamente. Es tan raro lo nuestro. Un sí tras un no, que se acerca cautelosamente.
Y acá estoy, dispuesta a vivir la vida tal como me gustaría hacerlo desde siempre. Me acompañás?