domingo, 9 de enero de 2011

Deseos de una mente sin rumbo

Hoy es un día como tantos y, sin embargo, pretendo liberarme. Despojarme del qué dirán, del tengo miedo, del no es mi tipo, del no tengo suerte, del qué tal si las cosas no se dan como quiero.
Decidí llevar a cabo, de una vez por todas, el vivir la vida que quiero. Voy a sonreír al despertar. Disfrutar los días soleados. Leer en las tardes de lluvia. Instruirme sobre temas nuevos siempre que pueda. Estudiar a fondo para aprobar mis exámenes. Salir con amigas a caminar sin rumbo. Conocer gente nueva. Tomar un helado con un conocido con quien nunca lo haya hecho. Decir lo que pienso sin pensar tanto en lo que digo, pero sí en el cómo. Correr por las mañanas. Prestar atención en clase. Jugar con mi perro. Nadar en la pileta. Tirarme al sol en donde pueda. Bailar alocadamente. Comer cuanto quiera. Sonreír sin parar. Decirte que te quiero.
Sí, quiero correr el riesgo de que me digas que vos no. Que podemos ser buenos amigos, tal como lo fuimos hasta ahora. O tener la fortuna de que me digas que sentís lo mismo y me beses apasionadamente. Es tan raro lo nuestro. Un sí tras un no, que se acerca cautelosamente.
Y acá estoy, dispuesta a vivir la vida tal como me gustaría hacerlo desde siempre. Me acompañás?