sábado, 15 de agosto de 2009

Quiero ser inteligente

¿Alguna vez sentiste que se te paraba el corazón? ¿Como un pinchacito en él? Bueno, ese es el famoso "me duele el corazón" o "me duele el alma". Te dieron una mala noticia, viste algo feo, te enteraste de algo que no querías, escuchaste algo que te lastimó.
Y no es fácil enfrentar ese dolor. Suele presentarse cuando no le damos final a un asunto, cuando guardamos esperanzas utópicas y vanas. Es duro ver que aquel sueño que sentimos que íbamos a alcanzar, algún día, se desvanece casi por completo.
Porque claro, no vamos a resignarnos a la muerte de la ilusión, sino que vamos a mantener viva una llamita de luz, de ánimo. Somos seres caprichosos realmente. Insistimos con golpearnos una y mil veces contra las desilusiones. Es que nuestra tozudez nos asegura que la próxima va a ser diferente, que aún hay una oportunidad, que la vida está de nuestro lado, que no todo está perdido. Y ahí nos ven, vamos ciegamente hacia la fuente del dolor.
Pero pensemos. La vida está siempre de nuestro lado, por algo es NUESTRA VIDA. Y, aunque no parezca, hace las cosas porque "conoce" las consecuencias. Nos saca algo que nos va a dar de otra forma, no nospermite cosas porque sabe que van a lastimarnos, no nos libera porque somos torpes, no nos deja hablar porque nadie realmente importante va a oírnos, no nos permite avanzar porque estamos yendo por el camino equivocado.
Creo que entonces es hora de dejarnos de joder, ponernos las pilas y enfrentar la realidad. Las cosas se dan por y para algo; no es necesario comprenderlo en el momento, sino ser capaces de apreciarlo al vivir las consecuencias. Hay que madurar, ser adultos, aprender a salir airosos de cualquier situación.
Hace poco me dieron una definición de la palabra INTELIGENTE a la que no estaba acostumbrada: "Aquella persona capaz de extraer felicidad de casi cualquier situación".
Y no sé vos, pero yo voy a trabajar duro. Es que quiero ser inteligente!